viernes, 24 de junio de 2016

En Silencio

Desesperado por ser real, el ser humano acaricia el tiempo y busca en su infinito interior el caos que desata nuestra ignorancia. Esa ignorancia de la cual dependemos para sobrevivir en este mundo lleno de sustancias irreales y de placeres indefinidos que nos definen en toda nuestra expresión simbólica inerte. Nosotros, siempre tratando de actuar acomodados a un plan que nosotros mismos limitamos y creando un universo diferente y paralelo donde prime nuestra irrealidad y mostremos que la apariencia que ofrecemos es el destino final a la vanidad de nuestras necesidades. Siempre siendo sutiles y modestos ante la sensibilidad de los demás y vacios en nuestro ser al no contemplar la infinidad de lo que somos y debemos ser, siempre en silencio, queriendo explotar pero irremediablemente controlados por nuestras penas asediamos el tiempo queriendo regresar a los momentos de debilidad para forzar nuestra realidad y empujarnos al borde de lo que nunca expresamos y dijimos.

-Rubén Cardona